lunes, 6 de agosto de 2018

Casi nadie sabía eso de mí, ahora todos me conocen mejor.



Siempre soñé con recorrer el mundo. Con vivir en otros lugares fuera de Venezuela para ampliar mis conocimientos, conocer nuevas personas y culturas. Con aprender nuevos idiomas, pagar en otras monedas y por qué no, casarme por ahí cerca de la Torre Eiffel, aunque muchos de los que me conocen sepan que odio la palabra amor y todas sus ramificaciones sentimentales. Y no es que sea enemigo del querer, es que trato de vivir sin motivos que alimenten la tristeza.

Hoy quiero compartir con ustedes una etapa en mi vida que me genera un flahsback emotivo en mi memoria. Una fecha como hoy, 6 de agosto, pero del año 2014, llegué a Santiago, Chile. No fue el viaje definitivo para vivir aquí, sino la antesala para comenzar el camino de la inmigración. Ese rocoso laberinto del que cada vez más se suman muchos sin poder encontrar el retorno hacia la felicidad.

Mi viaje desde Caracas hasta aquí fue por tres días. Casi nadie sabe esto, pero hoy se los cuento. Ese año el desespero se apoderó de mí y comencé a apostillar hasta la licencia de conducir. Cuando tenía todo listo, las aerolíneas que quedaban en ese entonces comenzaron a vender los boletos en dólares. Para los que no saben, mis amigos del mundo, en Venezuela nadie tiene acceso a la moneda americana desde que, en el 2003, el más ilustre rencoroso de nuestra historia, lo prohibiera. La única posibilidad de obtenerlos, era demostrando con un boleto aéreo que viajarías a otros país y por ende, el gobierno debía activar cierta cantidad de dólares a tu tarjeta de crédito para que no te murieras de hambre y te acordaras que de ellos dependías.

Entonces, un gran amigo al que hoy y siempre recordaré con gran estima, me ofreció su ayuda. Él era trabajador de una de esas aerolíneas que quedaban activas en el país. Uno de los beneficios por pertenecer a la empresa, era la posibilidad de viajar con amigos y familiares, varias veces al año a los destinos dispuestos por la compañía. Me dijo: “tengo posibilidad de que viajes a dos destinos: México o Chile”. Mientras lo pensaba, me advirtió: “pero con dos condiciones: yo tengo que viajar contigo y el viaje no podrá tardar más de tres días porque debo volver a trabajar”. Ahí entendí el mensaje: necesitaba tener un pasaje para demostrarle al gobierno que necesitaría dólares.

En ese momento, ya no eran cinco mil por persona, lo habían reducido según el destino. En el caso de Chile, el máximo era de $ 1.500 a través de la tarjeta de crédito, y otros $ 500 en efectivo. Mi amigo me dijo: te voy a emitir el boleto para que así te activen el dinero en la tarjeta y puedas comprar tu pasaje definitivo a Chile. “Tú no te puedes quedar allá y yo devolverme solo porque se supone que el viaje sería por placer y en los aeropuertos chequearán que tú estés conmigo”, seguía explicando mi amigo.

Así fue todo. Presenté mi boleto ante el banco, éste fungió como mediador con el Banco Central de Venezuela y en unos días tenía la aprobación de los dólares. Solo restaba esperar la fecha y hacer el viaje relámpago a Chile, para comprar mi pasaje a Chile. ¿Muy chévere esta vida que nos ha tocado gracias al socialismo, no?

Cuando llegué a Santiago, un gran amigo que me regaló la universidad nos recibió en su casa. En ese momento todo era tan diferente que ahora. Mirar entre la multitud algún tricolor con sus estrellas era algo novedoso. La alegría por encontrarnos con uno de los nuestros era grande. Hacía más frío que ahora y hasta la cordillera estaba más nevada. ¡Ni hablar del proceso en extranjería! Era tan rápido como lo es ahora para el que llega con la generosa Visa Democrática para Venezolanos.

Volviendo al cuento, porque me empiezo a ir por otras ramas; en una oficina de Avianca comencé a decidir la fecha en la que abandonaría físicamente mi país, en la que me desprendería de mi carrera y de mi familia. De esos sueños de los que les hablé al principio, porque aunque sí he viajado, conocido nuevas personas, nuevas culturas y pagado en otras monedas; el objetivo final era regresar a mi país para darle todo lo que aprendería afuera. Inciso: ese momento va a llegar y está muy cerca. No sean incrédulos, se acordarán de mí.
Ya estaba decidido: el 5 de septiembre sería la fecha para el retorno definitivo. Un mes era suficiente para finiquitar algunos trámites y poder disfrutar de esas calles que me vieron jugar pelotica de goma, béisbol con guantes rotos y bajar mangos desde cualquier árbol para comerlos con sal, vinagre, adobo y salsa inglesa.

Era una cuenta regresiva de la que hoy hablamos muchos. Lo demás, ya es historia conocida. Hoy, quiero dar las gracias a esos genios de Facebook que nos obliga a mantener en nuestras mentes una gran frase: prohibido olvidar.
Gracias, Dios. Gracias, Chile. ¡Y que viva Venezuela, mi patria querida!..

PD.: Decidí Chile por ser un país más pequeño y suponía que habían más posibilidades de trabajo que en México. Y gracias a Dios, ¡me ha ido del carajo!🙌



jueves, 12 de octubre de 2017

El autoexilio de un venezolano, mi charla TEDx

 Mi charla TEDx en Argentina

El 1 de septiembre de 2017 fue un día genial para mí. Además de celebrar, desde la distancia, el cumpleaños de mi madre, también celebré con entusiasmo mi participación en uno de los eventos académicos más destacados del mundo: las charlas TEDx. 

La Universidad Católica de Córdoba, en Argentina, me dio la oportunidad de subir al estrado y ser parte de esta actividad que año tras año reúne a decenas de personas en todo el mundo para ofrecer charlas de distintos ámbitos. Este año las historias conmovedoras fueron parte del objetivo TEDxUCCba , sin dejar atrás, por supuesto, las áreas de la innovación y la tecnología como su principal fuerte.

Este 11 de octubre fue publicada mi charla en el canal oficial en YouTube de TEDx Talks. Mi tema: la crisis en Venezuela y las vivencias de un venezolano más que escapó del país y hoy se encuentra autoexiliado en Chile. Si te gustó, compártelo. 😊

 Mi charla TEDx


sábado, 29 de julio de 2017

Avianca: la odisea del último vuelo Santiago – Caracas

Foto: Avianca.


Kervin García Mannillo.-Veo en el sistema que dos personas no pueden salir del país por motivos migratorios”, fue el comentario después del “buenos días, me permiten sus pasaportes” que le dio Ivette a mis padres y mi hermana mientras eran atendidos para abordar el vuelo de Avianca AV 68, desde Santiago de Chile hasta Caracas, con escala en Bogotá, de fecha 26 de julio de 2017. Lo que se venía era inimaginable.

Ivette nos mandó hasta una oficina de Policía de Investigaciones (PDI), dentro del aeropuerto, para que preguntáramos cuál sería el procedimiento a seguir. Eran las 4:55 de la mañana, el vuelo salía a las 6:53. 

Un funcionario de la PDI nos confirmó el impedimento: mis padres no podían salir del país porque su permiso de permanencia había vencido el 10 de junio. Por lo tanto, necesitaban una prórroga de ampliación que no era más que un sello húmedo azul autorizado por Germán Barraza Lindermann, jefe de atención al público del Ministerio del Interior y Seguridad Pública. Su oficina no abriría sino hasta las 7:00 de la mañana, siete minutos después del despegue del vuelo. Técnicamente, era imposible viajar.

Mi hermana y mis sobrinas de 7 y 8 años, no tenían problemas. Ella tenía cédula chilena y visa tipo temporaria con vigencia de un año y por ende, era la representación de las niñas. Sin embargo, decidió quedarse y esperar con mis padres. Dicen los abuelos que familia unida, jamás será vencida.

Al momento de hacer el check in, con Ivette, nos dimos cuenta que nos faltaba una maleta. La habíamos dejado en el estacionamiento del edificio, antes de salir de casa. No había tiempo para abordar el vuelo AV 68, pero sí para recuperar el equipaje que iba de vuelta a Venezuela. Casi 40 minutos tardé desde el Aeropuerto Internacional Arturo Merino Benítez hasta el edificio, la maleta estaba en conserjería.

Regresé al aeropuerto, pasadas las 7:25. Acompañé a mis padres hasta la oficina de Germán. El proceso fue tan rápido que no hubo tiempo de explicarle lo que nos habían dicho en Avianca y en la PDI. Casi de inmediato vimos ese sello en la parte de atrás de ambos permisos vencidos. La prórroga era por un mes más. Vencería el 10 de agosto. Sentimos un alivio interno por creer que todo estaba prácticamente arreglado. Lo peor estaba por llegar.

Buscamos a Ivette por todos lados. La recepción de Avianca para hacer el check in ya no estaba. A los trabajadores de la aerolínea Gol les tocaba el turno de ocupar el espacio para recibir a sus pasajeros. Un personal de seguridad del aeropuerto nos indica dónde podríamos ubicarla, y al llegar a la oficina, en el segundo piso, la encontramos entre un grupo de otras compañeras. De inmediato, al ver el sello húmedo, nos dijo que todo estaba listo para abandonar el país en el próximo vuelo: el AV 66 pautado para las 3:00 de la tarde con escala en Bogotá. Aceptada la propuesta.

A la 1:30 de la tarde comenzó el check in. Otro problema se avecinaba. El funcionario de Avianca nos informaba que debíamos cancelar la módica suma de 100 dólares por maleta porque todas tenían sobre peso: dos kilos de más. La directiva de la aerolínea colombiana decidió reducir de 32 a 23 kilos el equipaje de bodega para los boletos comprados o modificados a partir de abril. Mi familia entró en ese paquete y no podían pagar casi 500 verdes por el cuantioso exceso de las maletas: 8 kilos.

Creo que la situación en Venezuela les aflojó el corazón a los empleados de Avianca. Entre dos, comenzaron a susurrar para llegar a un acuerdo. “Señora, les pasaré todas las maletas sin pagar nada, ojalá les vaya bien en su país”. No se me olvidará ese comentario de quien nos atendía. Los venezolanos seguimos siendo objeto de lástima ante el mundo. Todos lamentan lo que nos ocurre, dentro y fuera del país. Millones sobreviven, miles escapan sin importar apartarse de sus profesiones, de sus casas, de sus amistades, de sus espacios.

Le agradecimos al empleado de la aerolínea y esperamos un tiempo más para despedirnos. El momento que nunca queremos ver llegar. Yo le huyo a la soledad, desconozco cualquier acto que tenga que ver con un “hasta luego”; es peor cuando no sabemos si el destino nos tendrá previsto reunirnos nuevamente.

Comenzaba un nudo en la garganta. Un dolor en mi columna daba cuenta del estrés que nos regalaba el día, el último de esta etapa que nos había dado Dios como familia. Mi madre debía llegar a Venezuela para cumplir con tratamientos médicos, el frío intenso de este invierno no lo aguantaron sus huesos. Su casa la esperaba, los perros, la familia, los vecinos. Mi papá, junto a mi hermana y mis dos sobrinas estaban ahí, a pie del cañón.

Un abrazo fuerte, unas lágrimas y pocas palabras acompañaron la despedida. Prometimos volver a vernos, cuidarnos y celebrar por la caída de un régimen cuyo legado ha sido la miseria, el rencor, el odio y el hambre.

A mi familia le informaron que el vuelo AV 66 estaba demorado y que, saldrían dos horas después. A las 4:05 de la tarde comenzaron a abordar el Airbus A320 con destino a Bogotá. Más temprano, a través de su cuenta en Twitter, Avianca publicó a las 9:37 de la mañana que a partir del 16 de agosto dejarían de volar desde y hacia Venezuela. El motivo: pésima infraestructura aeroportuaria y pocas condiciones de las operaciones con la Aeronáutica Civil venezolana.

El avión despegó. Mi hermano y yo quedamos en Chile. Otra parte de nosotros iba en el aire con destino al país con mayor índice de delincuencia en el mundo, al lugar donde escasea la comida, las medicinas, la libertad, la democracia. A una parte del planeta donde abundan las balas, el irrespeto, la inseguridad, la corrupción, el narcotráfico, la viveza. Una tragedia dirigida y generalizada por un grupito de delincuentes que, por estar presos en su propio país, buscan salvarse el pellejo a costilla de lo que sea.

A las 8:23 de la noche Avianca notificó respecto a una nueva y definitiva decisión: adelantar la suspensión de todos sus vuelos a partir del día siguiente. Mi familia iba en el vuelo AV 66 y cuando llegaron a Bogotá, a las 11:16, el vuelo que los llevaría hasta Caracas a las 8:00 de la mañana del 27 de julio, había sido cancelado. A partir de ese viaje, todos tendrían la misma afectación.

En el Aeropuerto Internacional de El Dorado los recibirían con otro problema. Avianca no los llevaría hasta Caracas, debían esperar una solución. Les ofrecieron volar con Wingo, una aerolínea comercial de bajo costo perteneciente a la panameña Copa Airlines. El avión del vuelo P57006 despegaría a las 8:08 de la mañana. Una hora antes de abordar, a mi familia le informan que no podrán subir porque Avianca no había pagado por sus boletos. Intento fallido. Tampoco les convenía viajar en ese vuelo (creo en el destino más que en la casualidad).

Funcionarios de Avianca les informan que llegarán a Caracas en el vuelo 524 de la aerolínea ecuatoriana TAME. A las 10:30 de la mañana comenzó el abordaje. Una hora después despegó el avión. El cansancio se adueñó de todos. Lo único que les ofrecieron fue el almuerzo; las disculpas nunca figuraron.

A la 1:33 de la tarde llegaron al Aeropuerto Internacional Simón Bolívar. Hacían 30 grados de temperatura y la política era el tema de conversación de todos. El “qué pasará el domingo” era la preocupación de los venezolanos que retornaban al país. Ese día se celebrarían las elecciones de la propuesta de la Asamblea Nacional Constituyente. El objetivo: perpetuar en el poder a los que intentan adueñarse del país para salvarse de la ruina y la cárcel que les espera por la sistemática violación de los derechos humanos contra más de 30 millones de personas.

Último percance: el robo de las maletas. Por si fuera poco (aunque nada que sorprenda), en el aeropuerto venezolano fueron víctimas del robo de una maleta de mi mamá con ropa íntima. A la maleta de mi hermana la rasgaron con una navaja, le sacaron una cámara fotográfica, un iPad, dinero en efectivo y otras pertenencias de uso personal.

El reclamo fue innecesario, nadie respondió, así es la Venezuela de ahora, un lugar donde no existe respuesta ante las demandas, donde todo queda impune, donde el ladrón roba tranquilo y el asesino te arrebata la vida sin acatar consecuencias. Es un país dominado por la ignorancia y la vagabundería, es, pues, un terreno sin ley.

Finalmente llegaron a Valencia, una ciudad industrial ubicada en el centro del país, a dos horas en auto desde Caracas. El resto de la familia los recibió con ese calor del venezolano que, a pesar de los problemas, siempre te mira noblemente con una sonrisa que está delante de esa esperanza interna que tenemos la mayoría de los ciudadanos que queremos un mejor país, un lugar próspero que avance y no retroceda; que respete y no abuse; que construya y no excluya…

Avianca y su odisea, quizás porque ni ellos ni nosotros estábamos preparados para este final. En Venezuela pronto saldrá el sol y veremos retornar no solo a las aerolíneas que decidieron preservar sus intereses (entendible), sino a los más de dos millones de venezolanos que lo dejaron todo por sentirse un poco más libres fuera de sus fronteras.
 

viernes, 5 de mayo de 2017

Venezuela agoniza, el deber nos llama

En esta oportunidad no pretendo escribir mucho. El llanto y el dolor por las muertes de seres humanos en Venezuela ha llegado al límite. La represión de un grupo de personas en el poder ha sido la estrategia política que hoy sumerge al país petrolero en la peor crisis de su historia. Como venezolano, dejo mi sentir en este video, para decirle a Nicolás Maduro que ya basta de tanta humillación, de tanto odio y persecución a un país que lo único que quiere es verlo fuera, para poder progresar y ser nuevamente libre. No descansemos hasta verlos fuera del poder...




miércoles, 29 de marzo de 2017

Salvador de Bahía, un lugar repleto de color y alegría

El atardecer en la bahía es sorprendente.
Siempre he pensado que al latinoamericano lo hace feliz tres cosas: la cerveza, la música y la playa. Estos tres elementos están perfectamente alineados en una ciudad donde la gente parece desconocer el estrés, a pesar del calor interminable que se siente día y noche. Es Salvador de Bahía, la capital del estado de Bahía, al noreste de Brasil.

La ciudad, con poco más de 3 millones de habitantes y cuyo aniversario se celebra cada 29 de marzo desde su fundación en 1549, es una representación de ese Brasil que conoce el mundo: un país con exceso de alegría, baile, hospitalidad y una rutina deportiva que lo convierte en personas físicamente atractivas.

Conocerla en su totalidad requiere de muchos días, pero es una ciudad perfecta para olvidarse de la rutina y disfrutar de unas merecidas vacaciones.

Yo me escapé varias semanas y emprendí un viaje desde Chile, donde resido, para reencontrarme con ese Caribe que conocí desde que nací, en mi Venezuela natal que tanto extraño y que, por circunstancias de una oscura historia que hoy vive, preferí dedicar mi tiempo para conocer otras culturas, otras personas, otro idioma y otro lugar de este planeta que tanto nos ha dado.

En Salvador puedes disfrutar de una naturaleza inigualable, de una historia que aún conserva sus calles de piedra y sus iglesias de oro, de unos atardeceres con axé (la música típica de la región), de una gastronomía única y de una movida nocturna que diariamente despierta el interés de propios y visitantes.

A continuación, una lista de lugares imperdibles en Salvador que visité durante mi estancia en la ciudad, nombrados por jerarquía de acuerdo a mis gustos:

1.- Chapada Diamantina: es una parque nacional enorme en el que puedes disfrutar de los mejores espacios naturales de la región. Su nombre se debe a la infinita riqueza en diamantes que se explota en el sitio. En éste consigues cavernas, montañas al estilo de Auyantepuy y un sin fin de pozos y lagos deslumbrantes que, con la ayuda de los rayos del sol, se pueden apreciar con colores azulados y verdosos nunca antes visto. Está ubicado a unos 40 kilómetros de la ciudad y es recomendable recorrerla en auto rentado o propio, porque no hay una red de autobuses para trasladarse cómodamente por todos los pueblos del parque.


Esta es la carretera dentro del parque. Esa es una de las montañas para mirar el atardecer.

Esto es el lago de Pratinha, un lugar deslumbrante.

Esta es la entrada a una caverna para bucear en Pratinha.

Aquí estaba dentro de la Caverna da Lapa Doce, en Chapada Diamantina.

2.- Playa Porto da Barra: es una de las mejores playas de Salvador, por sus aguas cristalinas y la tranquilidad de un mar que te permite disfrutar de un día soleado mientras esperas ese bronceado caribeño que muchos asisten para tener. La playa está a la orilla de la ciudad, sumamente cercana a paraderos de autobuses, centros comerciales y restaurantes para degustar de una lista de platos típicos a base de mariscos, como la Muqueca que no es más que un cocido de camarones hecho con aceite de palma y leche de coco.

En Porto da Barra puedes tomar agua de cocos muy helados.

El atardecer en Porto da Barra es increíble. ¡Tienen que vivirlo!

La Muqueca la sirven en una paila caliente y puedes acompañarla con arroz y frijoles.

3.- Pelourinho: es el lugar más turístico de Salvador de Bahía, sus calles aún conservan el estilo empedrado y las casas coloridas que han llamado la atención de millones de extranjeros. Uno muy particular ha sido el rey del pop, Michael Jackson, quien en 1996 visitó el lugar para grabar They Don’t Care About Us, uno de los videos musicales de su álbum HIStory: Past, Present and Future, Book I. El balcón de la casa utilizada para que el cantante grabara el tema, se mantiene con el mismo color de pintura y con un evidente abandono que obligó a sus dueños ponerla en venta durante este 2017. En Pelourinho de sebe tener cuidado, principalmente porque no hay suficiente presencia policial y los dueños de lo ajeno acostumbran a merodear sus calles en busca de algún objeto de valor.

Esta es la vista más emblemática de Pelourinho.


Al fondo, el balcón de la casa donde Michael Jackson estuvo grabando. Hoy está a la venta.

Primer plano de las calles de Pelourinho con la iglesia principal al fondo.


4.- Elevador Lacerda: es uno de los lugares desde donde puedes observar las mejores vistas de la bahía de Salvador, por ser un ascensor de 72 metros de altura cuyo trayecto tiene un costo de 15 centavos y una duración de 30 segundos. Desde arriba, el ascensor te conecta con Pelourinho, mientras que si bajas, puedes cruzar la avenida para llegar al popular Mercado Modelo, donde podrás observar infinidades de recuerdos y  


Hay otros lugares muy interesantes como el Morro de Sao Paulo, la playa Do Forte, el Museo de Arte Moderno, la heladería Ribeira con millones de sabores distintos, entre otros más que hacen de esta ciudad una visita obligada en un Brasil que siempre está de fiesta.

De Salvador de Bahía regresé con recuerdos inolvidables. Personas que se atravesaron en el camino, otras que me esperaban, y cientos de miles que vi bailar al ritmo del tradicional axé del que tanto se sienten orgullosos.






jueves, 15 de diciembre de 2016

¿Sin papel higiénico? Compra el nuevo "Bolívar Fuerte"

Estos son los famosos billetes de cien bolívares en Venezuela.
Suave y rendidor, ahora de color marrón para que no se note mucho el emblema de lo que sus clientes hacen con él. Esta vez, en su edición especial, es presentado con el rostro de un héroe que desde su tumba llora la debilidad de sí mismo. Es Bolívar, el libertador de los libertadores, el manipulado por un grupo de ineptos que lo eligió para ser la cara visible de la plasta más grande que jamás se haya visto en su país natal, Venezuela.

El 24 de octubre de 2007, fue presentado en Caracas el billete de cien bolívares. Según las autoridades del Banco Central de Venezuela (BCV), éste sería tan fuerte como el legado de Simón. El pobre debe estar revolcándose en el Panteón Nacional, donde reposan sus restos desde hace más de un siglo atrás.

Lo cierto es que, ese billete, mejor dicho, ese papel inservible que hoy es noticia en el mundo entero, representaba la más alta denominación de la moneda venezolana hasta que llegó el incapaz, ignorante, bochornoso y también ladrón de Nicolás Maduro, el zoquete y palurdo que llegó a la Presidencia de la República gracias al (des)esfuerzo del que hoy se revuelca en las pailas del infierno.

Hoy vemos una vez más cómo los venezolanos aturden su paciencia y exprimen su tiempo haciendo largas filas para entregar, en un plazo de tres días que vence este jueves 15 de diciembre de 2016, todos los billetes de cien para su posterior intercambio con los nuevos de más alta denominación que, según el BCV, vendrían con una armadura de metal para ser aún más fuerte que el extinto. ¿Por qué los eliminaron? Porque supuestamente el contrabando en las fronteras ha generado un acaparamiento de estos billetes que posteriormente los utilizan dentro del país para adquirir bienes subsidiados por el Estado para luego revenderlos en Colombia. Por ninguna parte se deja ver la galopante hiperinflación en la que está inmerso el país, en la que este año cerrará con más del 500 por ciento.

Pero, ¿qué sucede con los que están en otros países y por algún motivo tuvieron que viajar con dinero en efectivo?, ¿quedan sin tiempo para entregarlos al BCV?, ¿se olvidan de su plata?, ¿se las robó el ladrón de Nicolás Maduro y sus secuaces? ¿quién defiende los derechos de estas personas? Un ejemplo de ello es lo que observan en la foto de este escrito. Ahí quedaron, para la historia, para que nuestros hijos vean el legado del comandante...


Hoy más que nunca tenemos hambruna, miseria y destrucción.
¡Viva Chávez! 



miércoles, 9 de noviembre de 2016

Donald Trump, ¿el tercer anticristo?


Para nadie es un secreto que su llegada a la política ha sido la más inesperada de los últimos tiempos. Provino de un mundo empresarial, rodeado de grandes fortunas y dueño del concurso de belleza más importante del universo. A pesar de su bajo perfil, hoy es el hombre más influyente del planeta y el presidente electo de los Estados Unidos de América.

Donald Trump es hoy el nombre más pronunciado del mundo, el ojo del huracán, el tema central de la mesa, la preocupación de millones de personas y también la solución para otras miles.

La mayoría vimos cómo se ganó la atención del mundo, a través de un discurso disruptivo, violento, inusual y amenazante, pero también justo, directo y comprensible (luego explico la razón).

Pero, más allá de ser ahora el presidente del país más influyente del mundo, hoy escribo respecto a Trump porque se me vinieron a la mente aquellas predicciones de Michelle de Nostradamus, el médico y astrólogo francés considerado el vidente más famoso en la historia del planeta, el que predijo la muerte de la princesa Diana, la guerra del Golfo y, entre otras cosas, la aparición de un primer, segundo y tercer anticristo.

En el pasado han quedado ya las historias de Napoleón Bonaparte y Adolfo Hitler, el primer y segundo anticristo, respectivamente. Pero desde 1558, año en el que Nostradamus publicó sus predicciones, se mantiene la duda en relación al perfil que encarnará el tercer y último anticristo, la bestia que se encargará de producir la tercera guerra mundial.

Y es que, sus polémicas frases han despertado esa posibilidad. Es un hombre que insulta, que ofende, que dispara palabras fuertes sin importar las consecuencias. Pero, a su vez, ha sido un personaje sincero que ha dicho lo que siente y piensa, no se ha guardado nada de lo que quiere hacer y la mayoría del pueblo estadounidense votó a favor de sus pensamientos, ratificado por el Colegio Electoral.

Ahora bien, Nostradamus acertó con la definición de los dos primeros anticristos, pero algunas características de un tercero y último que existiría en esta época son las siguientes:

"Carismático líder que destaca sobre todos los demás, ovacionado por una gran multitud que cree en él y confía que acabará con todas las adversidades...no es un salvador, es el rey del terror y supone el final de todo lo que conocemos. Se alzará sobre todos los reyes de Oriente, su guerra durará 27 años y su muerte será al final de ésta", así define el francés al falso mesías, mejor conocido como el diablo en la Tierra.   

Según una profecía de las escrituras del Nuevo Testamento, el tercer anticristo o "La bestia" vendrá a seducir a la humanidad y con ello, activaría el Armagedón que no es más que la batalla final entre Dios y los gobiernos humanos, como lo describe la Biblia. Éste sería peor que los anteriores y contaría con un gran ejército, una gran fuerza aérea y una gran escuadra, además de un poder casi ilimitado y muchos recursos económicos.

Respecto a las profecías de Nostradamus, el tercer anticristo ya debe estar entre nosotros. Pero, ¿quién es?, ¿dónde está? Algunos líderes mundiales han sido parte de una posible lista: George Bush, Sadam Husein, Hugo Chávez, Bin Laden, Muamar el Gadafi, Vladimir Putin, Barack Obama, pero todos han sido descartados por distintas razones que los alejan de las características previstas por el vidente.

"Manchado con crímenes, terribles adulterios, gran enemigo de todo el género humano que será peor que abuelos, tíos y padres, e hierro, fuego y agua. Sanguinario e inhumano", continúa la descripción de quien sería "La bestia". Pero, ¿cuál de los líderes actuales coinciden con este perfil? Quizás sea muy pronto para asociar a Donald Trump con ello, pero debemos estar atentos con su evolución, porque sus amenazas ya son públicas y será juramentado dentro de poco como el líder del país más poderoso del mundo. 


Algunas frases polémicas que pronunció el magnate estadounidense durante su campaña electoral son:

Si miras a su esposa, solo está parada ahí. No dice nada. Probablemente, no tiene permitido decir nada”.

 “Cuando eres una estrella, te dejan hacer lo que quieras. Cogerlas por la vagina, puedes hacer cualquier cosa”.

“Podría pararme en la mitad de la Quinta Avenida y dispararle a alguien y no perdería ningún votante”.

"México nos envía a la gente que tiene muchos problemas, que trae drogas, crimen, que son violadores".

"Un muro en la frontera con México nos ahorraría muchísimo dinero".

"Tuve que lidiar con Gadafi. Le alquilé un pedazo de terreno. Me pagó más por una noche que lo que valía el terreno por dos años y luego no le dejé usarlo. Eso es lo que deberíamos estar haciendo. No quiero usar la palabra 'joder', pero yo lo jodí. Eso es lo que deberíamos estar haciendo".

"Si gano las elecciones, devolveré a los refugiados sirios a casa".

"Pido el bloqueo completo y total a la entrada de musulmanes en EEUU".

Veremos cómo transcurre el mandato de Donald Trump, el presidente número 45 de los Estados Unidos de América. A los gringos se le salió la clase y dejaron ver su arraigada forma de pensar. Por ahora, me despido con esta célebre frase del gran Facundo Cabral: "Le tengo miedo a los idiotas, porque son muchos y pueden elegir un presidente". 

Y tú, ¿qué opinas?