miércoles, 31 de diciembre de 2014

Cuando el año nuevo es inusual y las sillas vacías están presentes

En una maleta llevas los sueños. La tristeza y el arrepentimiento, no caben.

La mayoría de los venezolanos, cuando sentimos que el año está por terminar, que quedan horas para despedirlo, se nos hace como un nudo en la garganta que generalmente es difícil contener. El mayor anhelo es estar con los familiares, abrazados, atorándose con las uvas en los últimos segundos del año, haciendo ese rutinario acto en vísperas de una “mayor suerte” para los meses venideros.

Pero no todos los años son iguales. Las celebraciones cambian, el número de personas aumenta o disminuye. La sonrisa es más iluminada o más oscura. Recibir el año separado de los tuyos, en otro territorio en la inmensidad del mundo, no es muy fácil que digamos. Ni la persona más desligada de su familia podría desmentir eso.

Y cuando se acercan las fiestas, comienzan los preparativos. La decoración, los regalos y el menú de la cena, salen a relucir para la última noche del año. Pero aparece una pregunta inevitable: ¿Cuántos somos? Y en la respuesta, aparecen, implícitamente, las “sillas vacías”, esas personas que ya no están. La que está lejos, la que la vida se llevó por otro camino, la que eligió no estar, la que se enemistó, la que la muerte se llevó; en fin, el que no pudo llegar…Y en seguida la tristeza de adueña de la mesa, del momento…

Las “sillas vacías” duelen, pegan en eso que llaman el alma y que nadie ve, pero que vuela cuando ya no estamos en el plano terrenal. Y en ese momento necesito dos cosas: ese abrazo contenedor que nos dimos cuando nos vimos por última vez, y esa sonrisa que, sinceramente me diste con una palmada en la espalda. Los ojos se comienzan a llenar de lágrimas y a pesar de que duelen, es la realidad, y a ésta hay que aceptarla.

Entonces suspiro hondo y giro la cabeza. Y veo las "sillas ocupadas". Son las personas que me aman. Y sonrí­o. Esa­ es parte de la vida: pérdidas y ganancias...Así­ voy a brindar este 31 de diciembre, con lágrimas contenidas por las "sillas vací­as", y sonriendo desde el alma por las "sillas ocupadas"...Feliz. Si, feliz a pesar de la tristeza. Porque ser feliz no es necesariamente estar alegre. La alegría es una emoción pasajera que termina cuando el buen momento finaliza. La felicidad es otra cosa. Es un estado del alma. Ser feliz es estar en paz. En paz sabiendo que estoy recorriendo el camino correcto, el que coincide con el sentido de mi vida, el de mis errores y triunfos, con mis miedos y mi coraje...

Desde esta trinchera, deseo que ustedes reciban un año nuevo con hermandad, amor y una gama de sueños por cumplir. ¡Hasta el 2015, queridos amigos!..

Kervin García.





2 comentarios:

  1. que hermoso mensaje imposible no llorar de alegria, de tristeza, de sentirte lejos y a la vez tan cerca, nos sentimos orgullosos de ti y te extrañamoos inmensamente, te deseo lo mejor del mundo y que recibas un año lleno de paz, amor, y muchas ganas de seguir ese camino q ya comenzastes prohibido dar marcha atras.... te amoo you DIOS TE BENDIGA Y CUIDE FELIIZ AÑOOOOOOOO............

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  2. feliz año mano.. pero con la senda rumba en valpo la verdad que aplaque todos los males de la ausencia de los seres queridos ..

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